La administración de medicamentos es una de las tareas a la que dedicamos gran parte de nuestra actividad, la cual repercute directamente tanto en la calidad asistencial, como en la seguridad de los pacientes.
Como profesionales debemos conocer a fondo las diferentes vías de administración de fármacos, así como sus características, condicionantes y posibles complicaciones, para poder así elegir la más adecuada para cada paciente, fármaco y situación determinada, evitando la aparición de complicaciones, eventos adversos o errores de medicación.
Objetivos del tratamiento farmacológico
El objetivo del tratamiento farmacológico es alcanzar el efecto deseado en el tejido diana, durante un tiempo determinado. La concentración del fármaco en el lugar de acción dependerá de los procesos de absorción, distribución y eliminación.
Vías de administración de fármacos
Llamaremos vía de administración de un fármaco al lugar donde éste se deposita para ser absorbido y ejercer su función. La elección de la vía de administración de un medicamento, es uno de los puntos clave a la hora de abordar el tratamiento farmacológico.
Conseguir el efecto deseado con el fármaco depende de varios factores de distinta naturaleza:
- Fisiológicos: como pueden ser la edad, el sexo, o los hábitos del paciente.
- Patológicos: de tipo nutricional o inherentes a la enfermedad.
- Otros factores relacionados con el propio fármaco: como son las distintas interacciones, formulación y lo que nos ocupa en este capítulo, las distintas vías de administración.
La vía de administración va a influir tanto en la absorción como en la distribución del fármaco, por lo que afectará a la acción del mismo y a la propia respuesta del paciente. La absorción será más grande cuanto mayor y más duradero sea el contacto con la superficie de absorción.
Clasificación de las vías de administración de fármacos por el lugar de absorción
En función del lugar de absorción del fármaco tendremos:
Vía Parenteral
Es necesario atravesar la piel para administrar la medicación y que pase al torrente sanguíneo directamente o a través de los diferentes tejidos donde se administra. Se caracteriza por ofrecer una absorción más regular, evitando pérdidas presistémicas. Engloba numerosas vías y puede dividirse a su vez entre aquellas que precisan absorción, como son la intradérmica, subcutánea, intramuscular, intraósea, intralingual e intraarticular; y aquellas que no precisan absorción: intravenosa e intraarterial. Cuando la administración no se realice directamente en la sangre, el fármaco necesitará un tiempo para alcanzar la circulación sistémica, que dependerá fundamentalmente de la irrigación de la zona de inyección.
Vía Enteral
Los fármacos administrados por vía enteral discurren por el tracto gastrointestinal hasta alcanzar el torrente sanguíneo y/o eliminarse. Engloba las vías oral, bucolingual (sublingual y bucal) y rectal. A efectos didácticos, consideramos la vía enteral como la correspondiente a la administración por sonda nasogástrica (SNG).
Vía Respiratoria
Los fármacos administrados por la vía respiratoria son absorbidos en la mucosa nasal, senos, mucosa faríngea y alveolar, según la finalidad del medicamento empleado. Puede ser utilizada como vía de administración de urgencia a través de la intubación orotraqueal. Engloba la inhalación, instilación y la vía endotraqueal.
Vía tópica
Los medicamentos administrados por la vía tópica son los que actúan y se absorben por la piel y mucosas (óticas, oculares, etc.), produciendo efectos locales y sistémicos. Engloba las vías cutánea, ocular y ótica.
Otras vías menos frecuentes
Otras vías menos frecuentes son la uretral, endovesical, vaginal, intraperitoneal.
¿Qué factores condicionan la vía de administración de un medicamento?
La elección de la vía de administración del fármaco vendrá dada a su vez por una serie de condicionantes:
- Las propiedades físico-químicas del fármaco: hay fármacos que por su forma de presentación, composición y su mecanismo de acción, solo pueden administrarse por ciertas vías, mientras que otros podrán administrarse por varias vías.
- Los objetivos terapeúticos: a veces la urgencia de la situación requiere de vías de administración “rápidas” en las que el fármaco alcance pronto el órgano donde actuar. En estas situaciones se usa fundamentalmente la vía endovenosa, por su inmediatez al no precisar de absorción.
- El tipo de tratamiento: el que la dosificación sea de forma aguda o crónica puede condicionar la elección de la vía de administración.
- El órgano diana: la vía de administración puede hacer que un fármaco actúe a distintos niveles. Por ejemplo, algunos antibióticos por vía oral se concentran en orina y producen su efecto en las vías urinarias, mientras que por vía parenteral actúan a nivel sistémico.
- Factores relacionados con el paciente: edad, estado físico y nutricional, patologías y preferencias personales.
Por todo ello, es muy importante que el profesional sea capaz de identificar en cada momento cuál es la vía de administración más adecuada para conseguir el efecto farmacológico deseado.